1980-1982 / La definición militar
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La voz era la de la confrontación
En la ciudad el Ministro de Gobernación centralizaba el combate a la guerrilla. Un periodista denunció la creación de escuadrones de la muerte por decisión del ministro. El ejército se centralizó en afinar su actividad de inteligencia, confiado en conocer la estructura guerrillera para golpearla. La represión cada vez más visible hizo que muchos miembros de los cuerpos represivos se convirtieran en blanco de la guerrilla. Un atentado de bomba colocada por la guerrilla en el parque central de la capital en septiembre de 1980 motivó una masiva manifestación de repudio.
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A la disputa de masas y poder
Durante la segunda mitad de 1980 los hostigamientos a tropas en movimiento o a los puestos militares comenzaron a ser más evidentes, pero aún prevalecía la propaganda armada y la toma de poblados. Para demostrar su poder, ahora la guerrilla buscó desarticular la infraestructura municipal, lo que provocó muchos problemas para la población. El apoyo a los insurgentes aumentaba y la radicalización del movimiento popular significaba mayor convergencia con la estrategia guerrillera. En ese contexto el EGP planteó la consigna de sacar a Lucas García del poder.
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No todo era miel sobre hojuelas
Tras golpear al movimiento de masas urbano y rural, el ejército se dirigió a frenar las acciones en la costa sur. Posteriormente la persecución se concentró en la capital para restringir su movilidad y destruir su infraestructura. Con ello pretendió desarticular su base política y romper el carácter de retaguardia que representaba la capital. A mediados de 1981 se atacó las casas donde se ubicaban los guerrilleros. Los guerrilleros aumentaron las acciones rápidas y los atentados, pero a esas alturas ya los habían expulsado de la ciudad.
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Cantos de insurrección
En 1981 el ejército tuvo más bajas que en los dieciocho anteriores de guerra. El EGP era el que más pugnaba por el derrocamiento de Lucas y pensaba en una próxima insurrección, actitud que provocaba tensiones con las otras organizaciones. La preocupación guerrillera oscilaba entre darle forma insurreccional al involucramiento masivo o la necesidad de fortalecer su fuerza militar, empero las estructuras de combate y la logística iban por detrás de la colaboración. La incorporación masiva y la expansión territorial guerrillera se iba convirtiendo en espejismo militar.
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La ofensiva que hizo volcar la guerra
En un principio los mandos militares ocultaban la magnitud de la participación campesina, hasta que algunos informaron al Jefe del Estado Mayor, general Benedicto Lucas García, quien comprobaría la participación indígena, una población considerada lejana de la política por los ladinos. En noviembre de 1981 se movilizó a la Fuerza de Tarea Iximché en la región de Chimaltenango y el sur del Quiche. Posteriormente se movilizó a la Fuerza de Tarea Gumarcaaj que penetró otras áreas al norte del Quiché y en el Ixcán lo hizo la Fuerza de Tarea Tigre.
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Castigar a la población, el objetivo
El ejército realizó una política de masacres en las poblaciones, destruyó pueblos y arrasó tierras cultivadas. Organizó las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), con las cuales buscaba liberarse de controlar directamente a la población, obtener mayor movilidad operativa, involucrar a la población y dividirla políticamente, así como convertirla en fuerza de autocontrol y, por último, saturar el terreno con fuerzas amigas e impedir la movilización guerrillera. Cálculos militares señalan que entre los meses de noviembre de 1981 y febrero de 1982 alrededor de 35.000 personas, entre población, guerrilla y soldados, habían perdido la vida. En el año que siguió el número de muertes aumentó considerablemente.
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El juego electoral, de nuevo en acción
Al mismo tiempo se abría un nuevo ejercicio electoral. El problema era coordinar la continuidad de la acción militar y el recambio de gobierno. El candidato oficial era el ministro de la defensa, general Aníbal Guevara Rodríguez, quien proponía un desarrollismo dirigido a la población del campo. El CAN designó a un empresario como candidato que pugnaba por la eliminación de impuestos. El MLN a su secretario general, quien llamaba a eliminar la amenaza guerrillera. La DC y el PNR a un antiguo emelenista, buscando desmarcarse de la acusación de izquierdistas.
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Soñando despierto
En febrero de 1982 las organizaciones revolucionarias constituyeron la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Esta planteaba seguir la guerra y formar un gobierno revolucionario, patriótico, popular y democrático. Su programa se centraba en garantizar la paz, terminar el dominio de los grandes ricos, favorecer a los más necesitados, garantizar la igualdad de ladinos e indígenas y una política internacional de no alineamiento. Enseguida se constituyó el Comité Guatemalteco de Unidad Patriótica (CGUP) con políticos, líderes sociales, exfuncionarios de gobierno y universitarios. La izquierda se consideraba una alternativa de poder.
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Del fraude al golpe
Las elecciones se realizaron y Guevara fue considerado ganador. Los partidos opositores impugnaron el resultado y solicitaron la anulación de los comicios. Benedicto Lucas apoyó públicamente el resultado y eso fue visto como una tendencia al autogolpe. El gobierno arrestó a los tres candidatos perdedores cuando manifestaban. La URNG enfatizó la necesidad de derrocar al régimen. Algunos militares coincidieron con los empresarios y políticos que la continuidad era un obstáculo. El 23 de marzo de 1982, se produjo un golpe de Estado comandado por oficiales de mediana y baja graduación que dio el poder a un triunvirato encabezado por Efraín Ríos Montt.