Del interés comercial

Del interés comercial a la colonización

Los portugueses y españoles se encontraron con diversos pueblos que les eran desconocidos, a los que unificaron bajo el nombre de indios, anulando su diversidad. El sentido comercial de extraer riqueza o producirla en el área del Caribe alimentó el interés por el enriquecimiento rápido, lo que condujo al despojo y al trabajo forzado de las poblaciones. La colaboración inicial se agotó y predominó la violencia.

El resultado fue la despoblación indígena. Pronto se definieron tres intereses: Un sentido señorial justificado por los derechos de conquista destinado a obtener riquezas ; La reacción de la corona española por mantener su soberanía sobre españoles y poblaciones indígenas, y la necesidad de institucionalizar su poder; El paso de una presencia temporal a otra de largo plazo. La fundación de ciudades motivó el objetivo colonizador y con ello el imaginario de conquista, retomando ideales de la lucha contra los musulmanes.

Ese afán dominador se combinó con la idea de difundir el catolicismo a poblaciones consideradas infieles. La experiencia caribeña originó la discusión moral, jurídica y política en torno a la población indígena, la que concluyó en una legislación protectora de los indígenas, considerados objetos de tutela al equipararlos a los menores de edad. La corona española los protegería pero antes era necesario evangelizarlos y civilizarlos. Evangelizar sería tarea de las órdenes religiosas y de los encomenderos (encargados de evangelizar y cobrar el tributo para el rey), mientras lo civilizar se conseguiría concentrándolos en poblados para instruirlos en el sentido de vecindad español.