Las comunidades indígenas

El sentido de comunidad fue un factor importante en la sobrevivencia de la población indígena. Esto permitió crear condiciones de adaptación, negociación y decisión para enfrentar las presiones de autoridades, españoles, mestizos y mulatos, que buscaban beneficiarse de las tierras, los productos y de la mano de obra qué aportaban las comunidades indígenas. Su carácter colonial se construyó alrededor de las instituciones impuestas por los españoles: cabildos como forma de gobierno local y cofradías como expresión religiosa. Sin embargo, su sentido se sostenía también en la permanencia de rasgos culturales anteriores que actuaban como principios organizadores: prácticas colectivas, relaciones de lealtad a los linajes dominantes, idiomas, práctica político-religiosa, sentido ritual de la vida cotidiana, regida por el propio calendario. Por último la importancia de las formas de organización social asociadas a familias de linaje, sobre todo a partir de la relación de las instituciones del amaq y del chinamit, presentes entre k’iche’ sakapultekos, tzútujil, kaqchikel y poqoman, pero posiblemente extendida en otros pueblos. El chinamit es la unidad base. Este era una institución que tenía funciones políticas, sociales, económicas, religiosas, de vecindad, familiares y territoriales. Estas relacionaban a diversos grupos familiares con sus linajes más importantes. Las cabezas de linaje organizaban el trabajo de los vinculados a un chinamit y los representaban ante las autoridades. Por su parte, la unión de varios chinamit formaban un amaq, aunque aún hay muchas preguntas sobre su carácter territorial o su relación con los linajes.

Ixinché

Zaculeu Posclásico

Cuando los españoles concentraron a los indígenas en pueblos, lo hicieron juntando varios chinamit en un espacio común que llamaban parcialidades. La vida colonial fue modificando la capacidad de esas instituciones y en muchos lugares con el tiempo desaparecieron, aunque quedaron sus bases que fortalecieron la vida comunitaria